Las rehalas son tan importantes para los cazadores como las armas de caza, tales como los cuchillos de caza, flechas y escopetas. No obstante, estas rehalas están compuestas por distintas razas de perro y todo cazador experto debe ser todo acerca de una rehala clásica.
Es por ello que a continuación te explicaremos brevemente todo lo que debes saber para conformarla y te brindamos algunas recomendaciones de los profesionales.
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Según trofeo caza y conservación, la importancia de las rehalas en la caza tradicional española es innegable, pues sin ella no existiría tal práctica. De hecho, los expertos afirman que no hay caza real sin perros, pues ellos son el corazón de la caza y son nuestra mano derecha en el campo.
Cuando realmente la rehala está armada, es decir, con todos los elementos que requiere entre ellos, y en una posición preeminente las razas líderes, se considera una rehala destacada. De hecho, los que se consideran mejor para estos casos son los que tienen un muy buen oído y olfato.
Otros expertos declaran que la rehala es la base de la caza, porque para que la caza adquiera su carácter, es necesaria la presencia de sus perros.
En diversos libros, tales como el Código de Caza de Sancho IV (siglo XII) y posteriormente en el Libro de Caza de Alfonso XI, se nombran los grandes métodos de caza. También se mencionan cuáles son los perros que se deben usar para conformarlos.
No obstante, es desde el siglo XX que se mencionan la conformación de las rehalas, similares a las actuales. En ellas, se utilizan principalmente razas como podencos, alanos, mastines y regalgos. Estos últimos mencionados son híbridos entre galgos y podencos. Además, estas combinaciones se usaban principalmente en el sur de España.
Desde la década de 1950, los regalgos puros y alanos de uso menos común han desaparecido en gran medida. Pero, fue a partir de esta época que las rehalas tendieron a unificar sus razas, en su mayoría podencos, según sus diferentes tipos y composición.
En los últimos cuarenta años, las rehalas se han especializado para que sean más efectivas, gracias a la gran experiencia de los expertos en caza. También, se debe añadir que se han comenzado a usar y criar la raza de los alanos, los cuales son un clásico, y se creían anteriormente extintos.
El número medio de perros para una rehala en el sur de España debería ser de mínimo de 9. Como es el caso de las clásicas rehalas cordobesas, también su número máximo debería ser de 12, ya que está permitido utilizar 15 a 24 perros adultos por día de caza.
Un ejemplo para ello es que si estuviéramos hablando de una rehala clásica de Córdoba con 9 colleras, estaría estructurado así:
Estos últimos serán los encargados de sujetar el ganado una vez realizada la captura y permitir que se complete la acción de matar a las reses, preferiblemente con un cuchillo tradicional.
Tipo y número de perros | Su función |
1 collera de puntas (podencos medianos) | Localizan las presas y llaman al resto |
4 colleras de podencos grandes | Mueven las reses |
2 colleras de cruzados | Ayudan en los agarres |
2 colleras, perros grandes, cruzados | Sujetan las reses y las rematan |
En general, si lo que quieres es usar la rehala para una cacería tradicional, el propósito es que esta se mueva y lleve el ganado a los establos donde los matan los cazadores. Para este caso, bastará con no más de 2 colleras de los que se consideran de agarre.
En cuanto a los rasgos que deben tener, algunos expertos recomiendan que sean de la siguiente manera:
Un buen perro para una rehala puede ser de la casta que sea, pero debe ser de pura raza podenco. Es decir, de padres podenco de raza pura para garantizar su linaje de sangre limpia y pura de podenco.
También requiere, entre otras, de las siguientes características clave:
Todas estas son de vital importancia en un perro y si este no las reúne todas, no será útil para la caza, aunque sea de raza pura.
Sin rehalas no hay caza, y esto es algo que no podemos olvidar, pues todos los perros que la conforman son de vital importancia. En estos se encuentran rehaleros, auxiliares, perreros y perros de cobre. También, son los que nos entretienen durante las emocionantes cacerías y en escenarios que nunca olvidaremos.
Son estos perros los que inician la cacería desde muy temprano en la mañana y los que la suelen terminar cuando no consiguen nada. Además, es un trabajo de los 365 días del año cuidar de estos perros, y no solo durante la temporada de caza, pues estos serán tus aliados. De hecho, pese a que este trabajo no paga, se debe hacer por amor a los perros.