Los perros de caza se constituyen como los amigos más fieles e importantes que cualquier otra herramienta para el cazador ( visor de caza), pues ayudan a seguir los rastros de las presas, conseguirlas y atraparlas. Por ello, es necesario estar pendiente de las posibles lesiones que puedan sufrir mientras están cazando.
Una de las lesiones más frecuentes en ellos se da en las almohadillas: pueden cortarse, desgastarse o golpearse en el entorno salvaje de la caza. Además, esta es una zona bastante sensible en los caninos y, en caso de que se dañen, no podrán correr y mucho menos caminar.
En este sentido, un perro que sufra esta clase de lesiones ya no será útil en el campo de la caza. Por ello, a continuación explicaremos las 4 lesiones más frecuentes en las almohadillas de los perros de caza y cómo tratarlas.
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Las almohadillas de los perros constituyen partes de su piel modificada. La razón de esta modificación cumple las dos siguientes funciones:
Para todo esto, la superficie de su piel se ha vuelto más gruesa, más dura y se ha tornado de un color más oscuro. Es de esta manera que ha dado lugar a lo que en la actualidad conocemos como pulpejos o almohadillas.
También es de destacar que entre las almohadillas se encuentran lo que se conocen como “espacios interdigitales”. Estos espacios están conformados igualmente con un tipo de piel de características únicas en el perro.
Esto último es considerado así, debido a que cuentan con glándulas sudoríparas, y el hocico y esta zona son las únicas en su cuerpo que cuentan con dichas glándulas. Es decir, que los perros solo pueden sudar a través de su hocico y entre sus dedos. Del resto, para eliminar el calor, los perros jadean.
Todo esto es necesario tomarlo en cuenta al momento de planificar la manera como se les colocará el vendaje al tratar una herida en sus patas.
Pueden ser diversas las lesiones que sufran los perros de caza mientras realizan las actividades de campo. No obstante, según trofeo caza y conservación, las más frecuentes son las siguientes:
Esta es la causa de lesión más común en los perros de caza. Además, pueden ser de dos formas; pero las más comunes son los cortes, y son con las que los veterinarios tienen que lidiar más comúnmente.
Esta clase de lesiones pueden ser de abundante sangrado y muy profundas. De hecho, cuando son demasiado profundas, se llegan a succionar hasta los tendones.
Esta clase de heridas son producidas al pisar un objeto afilado, como una hoja de chapa o un vidrio. Igualmente, son más habituales cuando el suelo está muy mojado o nevado, ya que las almohadillas de los canes se vuelven más blandas.
Son muy comunes en los perros de trabajo y es causada por el desgaste de la capa córnea superficial de la almohadilla. Esta es considerada como la capa o “suela” de la pata del perro que entra en contacto con el suelo.
Por lo general, cuando las suelas se desgastan es cuando el suelo es demasiado abrasivo. Además, a diferencia de los cortes, son más comunes en suelos muy secos, duros y pedregosos, especialmente en climas cálidos o áridos.
Son menos comunes que otras lesiones, aunque pueden ser causadas por el calor o por el exceso de frío. Un ejemplo de cómo se puede producir este tipo de lesiones es al caminar sobre asfalto caliente, o por el frío al caminar sobre hielo a temperaturas muy bajas.
Estas pueden ser heridas complicadas de curar y llevarán mucho tiempo para su tratamiento. Además, no muestra señales evidentes y solo se pueden evidenciar al notar la incomodidad del perro al correr o caminar. En caso de notarlo, debes llevarlo al veterinario inmediatamente para iniciar su tratamiento.
También son raras, pero conviene reconsiderar su origen, ya que es la partidaria de enfermedades muy graves, como el moquillo, es decir que puede ser el origen de este síntoma. Este tipo de lesiones pueden corregirse y para ello la vaselina puede ser un buen aliado. Bastará con untar un poco en las grietas.
Para este apartado nos centraremos en el trauma y la erosión, ya que son por lo general los más comunes.
El tratamiento de este tipo de heridas es generalmente simple, pero requiere paciencia. Esto es debido a que este es un tejido grueso y duro, el cual necesita de más tiempo para renovarse.
Como primer paso, es necesario lavar la herida con agua y jabón para eliminar la suciedad y las partículas de arena que normalmente se acumulan al estar en contacto directo con el suelo. Toma en cuenta de que si el jabón es desinfectante, será mejor aún para desinfectar la herida.
A continuación, aplica un ungüento o gel antibiótico y protege la herida durante varios días. También ayuda mucho aplicar cremas cicatrizantes o polvos como Blastoestimulin o Ado Film de medicina veterinaria. Esto ayuda mucho para acelerar enormemente el tiempo de cicatrización de las heridas.
Igualmente, es conveniente vendar las heridas, pues crea un entorno ideal para la formación de tejido nuevo. No obstante, este es un tejido muy frágil que se daña fácilmente. Por ello, con el vendaje se puede rellenar y cicatrizar heridas, protegiendo el nuevo tejido.
El problema es que los vendajes de compresión suelen “recocer” o “sancochar” las heridas. Esto es debido a que como se mencionó, los perros “sudan” entre los dedos de sus patas, por lo que debemos cambiar el vendaje con frecuencia. Además, es conveniente cambiar por un calcetín lo antes posible.
Debes saber que los calcetines tienen la ventaja de ayudar a drenar el sudor y al mismo tiempo evitar que la herida se ensucie.
La erosión abrasiva o desgaste de las almohadillas también es común en los perros de caza. Además, como se mencionó anteriormente, se dan cuando se realiza caza activa y demasiado extendida o frecuente en terrenos complicados, muy fríos o demasiado cálidos.
Para esto, una buena opción es cubrir con varias capas de vendajes, primero con gasa, vendaje cohesivo y, finalmente, un vendaje fuerte con cinta adhesiva. Esto permite que los perros sigan cazando sin dolor y, si en ocasiones se refuerza el vendaje, esté permanecerá todo el día.
Algo similar se puede hacer cuando las almohadillas tengan cortes, para que el perro continúe cazando. No obstante, debes tener en cuenta que los vendajes permiten que los perros sigan cazando, pero las heridas también deben tratarse eficazmente.
Si gustas, puedes usar un sistema antiguo que aún funciona bien, y es el agua salada. La salmuera o agua salada es la dilución de la sal hasta la saturación, es decir, hasta que no sea posible una dilución adicional.
Para este tratamiento, se coloca la salmuera en una palangana con agua tibia, pero nunca demasiado caliente, y allí se colocan las patas del perro y se dejan por un rato. Al cabo de un par de minutos, puedes sacar las patas del perro, pero no las seques, deja que sequen al aire.
El agua salada tiene propiedades ideales para las lesiones de los perros de caza en las almohadillas, pues es un antiséptico natural que ayuda a curar y endurecer las almohadillas.
Lesiones más comunes | Razones por las que se producen | Tratamiento |
Traumatismos | Cortes por elementos punzantes. | Lavar con agua y jabón, aplicar cicatrizante y vendar. También puedes usar agua con sal. |
Erosiones | Desgaste por pisar suelos exageradamente secos, duros o con demasiadas piedras. | Al igual que el anterior, lavar con agua y jabón, aplicar cicatrizante y vendar. También puedes usar agua con sal. |
Quemaduras | Se produce por el calor o frío excesivos. | Llevar al veterinario inmediatamente. |
Grietas | Producido por el exceso de resequedad. | Aplicar vaselina en las grietas. |